Mariano ha muerto
Me han comunicado la triste noticia de que Mariano, el famoso borracho del Llopis de Murcia, falleció hace poco más de tres semanas atrás de cirrosis tirado en un banco de alguna calle. Y con él se ha ido un poquito de cada uno de nosotros, de los que frecuentábamos ese lugar y lo veíamos allí siempre sentado, con un litro de vino en mano y la mirada perdida en busca de faldas femeninas que mirar. Él se va pero queda su esencia, su moraleja, su enseñanza. Para todos nosotros, un vagabundo siempre ebrio como él ha sido un ejemplo. El mejor ejemplo del mal ejemplo, y ya de por sí es un motivo de existencia, un destino más importante que el que muchos tendrán. Demostró, ante toda una horda de prepúberes (de los que, la mayoría, se mofaban de él de las maneras más posiblemente irrespetuosas que se hayan conocido), que el alcohol no es sólo motivo de alegría fácil y descenso de la timidez con la consecuente supuesta mejora de relacionarse socialmente, sino que también conlleva sus grandes fatalidades. En su caso, simulaba un posible desahucio, una humillación propia ante la sociedad, una vida penosa tirado en la calle racaneando pobremente en busca de migajas y bebida, sólo bebiendo solo todo el día. Una tan penosa imagen de alguien que fue un gran hombre y cuyo ejemplo durará para toda nuestra generación, un hombre que nos enseñó a ser optimistas incluso en nuestros peores momentos, a no deprimirnos, a tener precaución bebiendo evitando que nuestros cubatas se amontonen de forma irracional juntándose con ellos nuestras posibilidades de precariedad y agrietamiento. No era escoria como la mayoría de borrachos, él era un grande de Murcia. Mariano es un grande de Murcia y de España.
Ya nunca hará guardia en las lindes de los dominios de la zona de las Tascas. Ya nunca comenzarán nuestros fines de semana con un: "¡Mariano!" ni acabarán con él garrapiñándonos nuestros minis sobrantes, o dando tumbos contra las paredes en busca de un rincón donde dormir la mona sin que le molesten.
¡Auu!
|
<< Inicio