10 enero, 2007

Decisiones y errores

¿Alguna vez habéis hecho un análisis concienzudo de toda vuestra vida? Si lo hicieséis descubririáis una cruda realidad. Os dariáis cuenta de que nuestra vida es un cúmulo, una simple sucesión de decisiones de las cuales, la mayoría, son malas y de las que tan sólo un pequeño porcentaje serían buenas. También habría un montón de cuantas que resultarían inagrupables, indiferentes, puesto que hay un enorme número de decisiones cuyos resultados no son ni buenos ni malos y que, debido a no ser capaces de compararlos con el resultado del otro camino (o caminos), no conocemos con certeza la calidad de nuestra decisión. Nuestra existencia está delimitada tan sólo por decisiones, todas y cuantas tomamos, por nimias o insipidas que sean.

Estamos condenados a ser el fruto propio de lo que elijamos. El tiempo no es juez, son nuestras decisiones las que deciden si merecemos o no merecemos lo que deseamos tener o conseguir a su costa. Errar es más que humano, es una tendencia. Sabed que la mayoría de las cosas que hagáis en vuestra vida son errores, uno tras otro. Y que esa ingente cantidad de errores serán los que os impidan cumplir vuestros sueños irreparablemente.

Por suerte, cuando las malas decisiones se hacen a costa de (o contra) otras personas no todo está perdido. El ser humano es distinto a las leyes decisionales del mundo, el ser humano tiene la doble capacidad de perdonar y olvidar. Me encanta como alguien a quien quiero y aprecio es capaz de perdonar y olvidar, con tanta rapidez y éxito, mis malas decisiones del pasado.


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